martes, noviembre 15, 2005

una historia vomitable

Había venido a mi casa para terminar de editar una animación . Bebimos tinto y mucha cerveza.Decidimos descansar un rato y como siempre, platicamos de trivialidades.Nos gustabamos. Regresamos al trabajo pero yo ya no podía más, tenía ganas de besarlo, fue así que me sente en sus piernas, tome su mano dispuesta en el mouse y comence a editar, en ese momento senti su mano izquierda deslizarse suavemente por mi cadera hasta mis senos, desabotono mi pantalon y acariciaba mi clítoris. Lentamente me volvió hacia él y nos ayudamos a quitarnos la ropa. Nos miramos y nos besamos por primera vez. Su lengua recorrió cada milimetro de mi boca -mejor que cualquier cepillo de dientes que pueda crear la tecnología- hasta llegar a mi garganta, más abierta mi boca no podía estar, y si no deje que llegara más lejos fue porque mi organismo se reveló mediante un líquido anaranjado que traspaso, sin obedecer las leyes de la gravedad, de mi estómago a su boca. Él estaba excitado y seguia besándome pero mi asco -y no precisamente por el vómito- provocó que terminara la corta historia del beso vomitable.

1 comentario:

Sofía Reyes dijo...

erótico y escalofriante