el cuento se acabo

he finalizado un ciclo: no estoy trepada en el caballo del amor, como de costumbre no sé qué coños escribir, de un tiempo aca no he dejado de escuchar a Maria Daniela y Miranda; casi siempre tengo arranques de cólera cuando voy en el transporte público (por el que deja caer todo su peso en ti, o la tipica ruca amargada que tiene frio y le cierra a las ventanas aunque todo mundo venga rostizandose o el tipico wey al que se le paso la parada y empuja a todos para llegar a tiempo a la puerta de atrás). Me la paso en la red, ultimamente me ha dado un antojo inexplicable por el atún con limón y sal, me siento imperturbable y de repente me descubro llorando por alguna nimiedad, en fin... Nadie sabe lo que esta por venir. como podrán darse cuenta aun no pierdo la esperanza.



Silencio XXIV
Fotografía de Santiago Oreja García